La belleza y el dolor Torrent – Magnet
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Nan Goldin es una artista estadounidense que ha pasado gran parte de su vida documentando su mundo y su círculo cercano en fotografías. A lo largo de su carrera, ha abordado temas como la sexualidad, la identidad de género y la adicción. Sin embargo, recientemente, ha centrado su atención en una lucha que va más allá del ámbito artístico: la lucha contra los Sackler.
Los Sackler son la familia detrás de la compañía farmacéutica Purdue Pharma, fabricante de OxyContin, un medicamento altamente adictivo que se ha convertido en el epicentro de la epidemia de opioides en Estados Unidos. Desde que OxyContin salió al mercado en los años 90, ha causado la muerte de cientos de miles de personas, a menudo jóvenes y de bajos recursos. A pesar de las pruebas abrumadoras de que Purdue Pharma sabía que OxyContin era altamente adictivo, la compañía continuó promocionando el medicamento de manera engañosa, lo que llevó a una epidemia nacional de adicción y sobredosis.
En 2017, Goldin se enteró de que el Louvre de París estaba a punto de inaugurar una exposición patrocinada por la familia Sackler, lo que la llevó a tomar medidas. Junto con otros miembros del colectivo P.A.I.N. (Prescription Addiction Intervention Now), comenzó una campaña de protestas para llamar la atención sobre el papel de los Sackler en la crisis de los opioides.
Desde entonces, la campaña de Goldin se ha expandido. Ha organizado manifestaciones en museos de todo el mundo, incluido el Guggenheim de Nueva York, que también recibió financiamiento de los Sackler, y ha presionado a las instituciones culturales para que rechacen cualquier tipo de financiamiento de la familia. La campaña ha sido efectiva: muchas instituciones, incluido el Tate Modern de Londres, han anunciado que ya no aceptarán donaciones de los Sackler.
La lucha de Goldin ha sido parte de un esfuerzo mayor para responsabilizar a Purdue Pharma y a la familia Sackler por su papel en la crisis de los opioides. En 2019, la compañía llegó a un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos para pagar 8.300 millones de dólares por su papel en la epidemia. A pesar de la multa, los miembros de la familia Sackler han evitado en gran medida la responsabilidad personal y han mantenido gran parte de su riqueza. La campaña de Goldin ha sido un intento de forzar a la familia a enfrentar las consecuencias de sus acciones.
La lucha de Goldin ha sido personal. Ella misma ha luchado contra la adicción a los opioides y ha perdido amigos cercanos a la sobredosis. En una entrevista con The Guardian, dijo: “He visto a muchos amigos morir. He visto a muchos amigos luchar. He visto mi propia vida arruinarse. Y todo esto fue causado por una empresa que sabía que lo que estaba haciendo era peligroso y lo hizo de todos modos”.
La lucha de Goldin también ha sido una forma de arte en sí misma. Ha creado una serie de obras fotográficas que abordan la crisis de los opioides, incluida la serie “Purdue Pharma”, que presenta fotos de miembros de su círculo cercano que han muerto por sobredosis. En una exposición en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, Goldin presentó una instalación que incluía fotos de los miembros de la familia Sackler y los nombres de las personas que habían muerto por sobredosis de OxyContin.
La campaña de Goldin ha sido un ejemplo de cómo los artistas pueden utilizar su plataforma para abogar por el cambio social. Ha demostrado que la cultura y el arte pueden estar en el centro de una lucha política y social, y que las instituciones culturales tienen una responsabilidad para tomar medidas en contra de aquellos que han causado daño.
En última instancia, la lucha de Goldin es una llamada a la acción. Es un recordatorio de que la crisis de los opioides no es solo un problema de salud pública, sino también un problema político y social. Es un llamado a responsabilizar a aquellos que han causado daño y a trabajar juntos para encontrar soluciones que aborden tanto la adicción como las causas subyacentes de la crisis.
En resumen, la lucha de Nan Goldin contra los Sackler es una historia de activismo, arte y justicia social. Ha utilizado su plataforma como artista para llamar la atención sobre la epidemia de opioides y obligar a la familia Sackler y a las instituciones culturales a rendir cuentas. Su lucha es un recordatorio de que todos tenemos un papel que desempeñar en la construcción de un mundo más justo y equitativo, y un llamado a tomar medidas para abordar los problemas más urgentes de nuestra sociedad.
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